miércoles, 18 de julio de 2012

Bajo el velo no me tomes más que la mano…


Sería impensable observar manifestaciones extremas de afecto y cariño en los países de mayoría musulmana, las costumbres y tradiciones de estos países  difieren -muchas veces-  de la aplicación de la sharia o, ley islámica, reglas que pueden ser más  restringidas en algunas sociedades árabes; en  Egipto, una nación que está abierta totalmente al turismo es  más tolerante creando un clima más relajado y propicio para comprender mejor el  comportamiento social de sus habitantes.



La ley islámica -en esta parte del mundo- debe ser cumplida a -raja tabla-  es obligatorio vestir de manera conservadora y con  ropa holgada que no deje ver los hombros, o el torso descubierto, no es permitido usar  atuendos que deje ver piel expuesta.  Por otra parte en Dubai, un país más occidentalizado,  con una economía en ascenso  y un turismo orientado a satisfacer los intereses de los ricos y poderosos,  se acepta   para los locales un vestuario menos formal  dentro de los hoteles, pero las mujeres se sentirán más cómodas si visten de acuerdo a la tradición, lo que implica portar su velo islámico vayan donde vayan.

En lo ajetreado del mundo cairota se  pudo observar  mujeres muy des complicadas que disfrutaban de una buena shisha o pipa árabe,  sin embargo, hay que resaltar que durante la época del Ramadán, la mayor celebración religiosa del mundo musulmán,  es ilegal comer, beber o fumar en público;  además el consumo de bebidas alcohólicas está estrictamente prohibido, esto solo se puede dar en los hoteles de lujo o en los cruceros donde las restricciones son menos fuertes  ya que el turismo es un factor importante que genera ganancias a la  economía de estos países.

Hablar de sexo en  el mundo árabe siempre se ha considerado  tabú, sin embargo, en Egipto una prueba de que los paradigmas están cambiando la concepción de la población egipcia es la incursión de una doctora que cada noche habla sin miramientos sobre el disfrute del sexo en una sociedad donde hablar del tema es un asunto censurado.  La doctora Heba Kotb  es quien ofrece consejos sexuales al mundo árabe basándose en la religión islámica, esta sexóloga egipcia establece lo que es "haram" -pecado- y lo que es "halal" -permitido- entre todas las prácticas sexuales, legítimas sólo en el marco del matrimonio según la tradición del islam. Aunque se trata de un tema delicado su audiencia pone mucha atención sobre los consejos que imparte esta renombrada especialista, porque el problema de muchos matrimonios es no saber lo que desea su pareja y entender y disfrutar del sexo que califica como un regalo de Dios.

Es algo curioso imaginar que en las sociedades musulmanas estén prohibidas las relaciones extramatrimoniales  aunque  puede haber sus excepciones a esta regla muy estricta, la juventud establece ciertos parámetros en los que se puede negociar esta clase de –relaciones- que son orientadas hacia la clandestinidad.  El matrimonio Orfi fue reconocido por la ley egipcia en el año 2000, casarse por este procedimiento es sencillo y barato, además se convierte en la opción preferida de las parejas que no pueden organizar una boda oficial y más cara;  solo se necesita  que los contrayentes estén de acuerdo, la presencia de un 'walli' -el tutor de la chica-, una dote y dos testigos;  este contrato no oficial,  pero tampoco ilegal se ha convertido en una vía de escape para quienes desean tener libre acceso a las relaciones sexuales sin comprometer su conciencia religiosa, con el “matrimonio Orfi” la esposa puede solicitar el divorcio si el marido desaparece, pero no tiene derecho a una pensión alimenticia y si él ya no está en Egipto, es casi imposible probar la paternidad de un hijo;  y según las últimas estadísticas del Ministerio de Justicia el 70 y 90% de los 12.000 casos de paternidad pendientes en los tribunales egipcios son el resultado de esta clase de enlaces.

Parece de Ripley imaginar que existen normas  de comportamiento que son determinadas por la religión y la tradición, en Afganistán, un país abatido por la guerra y por  grupos fundamentalistas radicales, la imposición de una ley islámica severa y misógina ha generado que en este rincón del mundo –ser mujer- sea casi un pecado capital, aunque los talibanes han perdido un poco el control del país la instauración de leyes atentatorias poco a poco han ido desapareciendo, y los grupos más desprotegidos de mujeres y niños están recobrando la libertad y conociendo el mundo sin el terror que significaba la confrontación. Puede que las leyes islámicas establezcan normas de comportamiento rigurosos en todos los aspectos fundamentales de la vida social de los individuos  y aunque esto sea inverosímil para el pensamiento occidental,  la realidad es otra, y tales prácticas se siguen cumpliendo bajo la mirada silenciosa de las organizaciones de derechos humanos que siguen sin poder actuar eficientemente frente a una verdad a medias.



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